Muchas familias peruanas se preguntan si es mejor tener una empleada del hogar “cama adentro” o “cama afuera”. Por ello es importante revisar los pros y contras de ambos casos.
¿Qué es una empleada del hogar?
En primer lugar, debemos tener en cuenta que una empleada del hogar es aquella persona que presta servicio de labores domésticas y ayuda al cuidado de niñas, niños, personas ancianas o personas enfermas en el entorno del hogar.
Las empleadas domésticas, enfermeras y personal que trabaja en labores domésticas están sujetas a la Ley 27986 – Ley de los Trabajadores del Hogar, que regula los beneficios laborales de este tipo de personal.
¿Empleada del hogar cama adentro o cama afuera?
Una empleada que trabaja “cama adentro” es la que pernocta en el hogar, por lo tanto deberá tener una espacio digno para que pueda dormir y guardar sus pertenencias.
El hecho de que duerma en el hogar implica que tendrá más flexibilidad en cuanto a horarios, pero le resta privacidad a la familia. Además, esto no quiere decir que esté obligada a trabajar más allá de sus 8 horas diarias o 48 horas semanas ni a trabajar los domingos. De hecho, en el caso de que la empleada del hogar trabajase sobretiempo, tiene derecho a recibir un 25% adicional por las 2 primeras horas trabajadas y 35% adicional por las siguientes.
Por su parte, las empleadas “cama afuera” asisten a diario a la casa y tienen un horario establecido pactado previamente entre ambas partes, que suele adaptarse a las necesidades del grupo familiar
Otra cosa que debe tomar en cuenta es que la Ley de los Trabajadores del Hogar establece que el empleador debe proporcionar a la empleada (o empleado) del hogar alimentación adecuada y que esta no debe descontarse de su salario.
Asimismo, recordar que no hay obligatoriedad de utilizar uniforme, aunque es recomendable para evitar que la trabajadora tenga utilizar su propia ropa para sus labores.
¿Cuál es la mejor opción?
Como hemos visto ambas opciones tienen sus pros y contras, lo importante es saber valorar como familia cuál es la más adecuada según el momento y posibilidades económicas. Lo importante es que se manejen expectativas claras y se respeten los acuerdos entre las partes.
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